Vivimos en un mercado global sobresaturado de marcas que ofrecen productos y servicios muy similares. Esto ha provocado que los consumidores estén mejor informados y se vuelvan más exigentes. Además, cada persona tiene sus propias necesidades y puntos de vista, por lo que los pasos para realizar una compra casi nunca serán iguales. Si quieres entender mejor las motivaciones de los usuarios, en la entrada de hoy vamos a hablar de los principales tipos de clientes que existen en la actualidad.

 

1- Clientes indecisos

Este perfil de cliente se caracteriza por tener muchas dudas a la hora de confiar en una marca. Por norma general, se tomará su tiempo para visitar varias páginas y reunir información, por lo que es esencial disponer de un buen diseño web y un blog corporativo que nos proporcione una posición de autoridad. Estas personas suelen tardar bastante en decidirse, así que no las agobies y ofréceles solo los datos que requieran.

 

2- Clientes sabelotodo

A veces, nos topamos con consumidores con un considerable perfil profesional o que simplemente se tienen en alta estima. Creen que saben a la perfección cómo funciona tu negocio e intentarán controlar la comunicación mostrando un cierto aire de superioridad. En estos casos, lo mejor es aportar datos objetivos sobre nuestros productos o servicios, contestar con seguridad y mantener la calma. No conseguirás nada si le interrumpes bruscamente o les dices abiertamente que está equivocado.

 

3- Clientes silenciosos

No los verás compartiendo su opinión en las redes sociales, pero estos clientes pueden estar tan bien informados como cualquier otro. Por esta razón, es casi imposible saber con certeza lo que se les pasa por la cabeza. ¿Cómo tratarlos? Muestra siempre una enorme amabilidad cuando te comuniques con ellos. Y poco a poco ve haciéndoles preguntas para intentar averiguar las cosas que despiertan su interés.

 

4- Clientes agresivos

No todo el mundo tiene la intención de comprar o informarse sobre un producto o servicio. Algunos usuarios se pondrán en contacto contigo simplemente para discutir o ver hasta dónde llega tu paciencia. En estos casos, nuestro primer impulso puede ser ponernos a su altura, pero recuerda que está en juego el prestigio de tu marca. Escucha con tranquilidad, responde con educación, decisión y sin utilizar el sarcasmo. Por suerte, no hay muchas personas y tipos de clientes así. Aquí tienes algunos consejos para reducir el estrés, te ayudará ante situaciones complicadas.

 

5- Clientes amistosos

Por el contrario, los clientes amistosos se mostrarán muy amigables y nos darán la razón a todo. Después de hablar con ellos nos puede dar la sensación de que la venta está garantizada. Pero nada más lejos de la realidad, ya que a la hora de realizar una compra suelen mostrarse bastante indecisos. Por lo tanto, no te confíes nunca y no tardes demasiado en cerrar una negociación, ya que acrecentará sus dudas. Si la conversación se extiende, hazle un resumen para que comprenda todos los beneficios de contar con tu marca.

 

6- Clientes escépticos

Estas personas no se van a creer nada de los que les digas y resaltarán todos los aspectos que considere negativos en tu empresa. Los motivos pueden ser varios, pero generalmente corresponde al miedo de ser manipulados por una estrategia de venta. Nuestro objetivo es que dejen de estar a la defensiva y para ello no hay nada más importante que la transparencia. No ocultes tus posibles desventajas ni discutas por ellas, habla con objetividad de los beneficios que ofreces y responde con serenidad a cualquier duda que tengan.

 

7- Clientes habladores

Este perfil es bastante más habitual en los comercios tradicionales, donde nos encontramos con personas que disfrutan charlando y compartiendo anécdotas personales. Sin embargo, también les suele interesar tu opinión, por lo que es esencial que domines la conversación y la redirijas hacia el proceso de compra. Es muy importante no entrar en asuntos que no nos conciernen, pero sin mostrar desinterés ni interrumpir sus palabras.

 

8- Clientes Fieles

Este es uno de los tipos de clientes que a cualquier negocio le gusta tener. Son personas fieles a tu marca, respetuosos y que valoran el trabajo realizado en todo momento. Saben reconocer la importancia y valor de lo que le estás ofreciendo y son agradecidos en la gran mayoría de las ocasiones. Cualquier problema o contratiempo que pueda surgir, se arreglará con total normalidad a través de una buena comunicación. Debes premiarlos y reconocer esa lealtad para estrechar aún más la relación con ellos.